domingo, 22 de junio de 2014

Sin Tiempo Ni Espacio...

Mi felicidad es inmensa y abundante como el mismo mar, porque así tú no estés presente
no habrá calor que incendie de la misma forma mi piel, no habrá frío capaz de apagar esta pasión que siento con solo pensarte.

No existirá tiempo ni espacio para olvidarte, porque mi alma vive tan solo para amarte.
Porque tú eres la paz en la tempestad, mi calma en la tribulación...
Los días sin ti se tornan grises y las noches son eternas porque es ahí donde te sueño, te amo y te hago mío, completamente mío y no existe distancia que pueda evitar eso. 

Puedo sellar mis labios y escribir sin tinta sobre un papel.
Pero jamás podré contener a este loco corazón que late fuertemente con el roce de tu piel.



Autores: David Molina & Anadian Siyani

martes, 17 de junio de 2014

Vivencias...

Hoy abrí la puerta
a la esperanza tratando
de rescatar lo que entre
los dos se vivió,
pero la paz huyó
y sola quede recordando
lo que un día nos unió.

Fuiste la alegría de mi vida,
tú quien calmaba las feroces
tormentas y llenaba de color
mis tristes días.
Eras mi noche de pasión
e ilusión,
mi crepúsculo silente
y mis besos del amanecer.

Tú, la esencia de mi alma
y la flor más bella de mi jardín,
la fragancia que me envolvía
y enloquecía a más no poder.
El agua clara que rociaba
mi cuerpo, la brisa fresca
que humedecía mis mejillas
sonrojadas después de tanto
amarnos en esas noches
tan largas.

Tú, dueño de mi corazón
y su palpitar así no estés
más aquí, junto a mi.

viernes, 6 de junio de 2014

Pasión Bajo La Lluvia...

Anoche me permití volar entre tus brazos
y me quedé allí, desnuda  con el calor de tu cuerpo
mientras mis manos lentamente bajaban las tuyas
para enseñarles el camino al centro de mi geografía...

Allí donde las brisas y flores sucumben
a la pasión.

Fue en esa noche que aprendí
a llorar de placer.

Me entregué a ti sin ataduras
ni pretextos, te amé sin excusas,
sin reservas ni mentiras,
en esa noche tan tuya, tan mía,
tan única...
nuestro gemir de placer era uno sólo,
como cuando las olas embisten a las rocas
y su espuma se esparce sobre la arena.


La lluvia llega mojando nuestros cuerpos desnudos,
pero el frío de la noche lo transformamos
en intensa hoguera que llenó de calor sofocante
nuestros cuerpos.
Así fue como mi alma se adhirió a la tuya
con un fuerte abrazo y terminé empapada,
aferrada a tu cuerpo desnudo y locamente besando tus labios.