Hay de esos días irreales, indolentes,
con dolor en los ojos y agobio en el corazón,
cientos de recuerdos que estremecen el alma
y ahogan la razón.
Hay de esos días donde la memoria
arranca raíces, mientras el alma se pierde
ciegamente en la dureza de las rocas.
Hay de esas noches sin descanso
donde el sueño huye y deja vigilias
a su paso, con el mal sabor en los labios
y cientos de palabras incrustadas en el corazón.
con dolor en los ojos y agobio en el corazón,
cientos de recuerdos que estremecen el alma
y ahogan la razón.
Hay de esos días donde la memoria
arranca raíces, mientras el alma se pierde
ciegamente en la dureza de las rocas.
Hay de esas noches sin descanso
donde el sueño huye y deja vigilias
a su paso, con el mal sabor en los labios
y cientos de palabras incrustadas en el corazón.
Bello poema. Me encantó. Las palabras se transforman en olas de un mar luminoso en la oscuridad, sobre las que deseas continuar flotando, mientras miras las estrellas. Gracias por compartirlo.
ResponderEliminarEn un mar luminoso y a la vez doloroso. Gracias por dejar tus huellas. Un abrazo sin distancia.
Eliminaraprecciate your poems kisses albert
ResponderEliminarThanks Albert.
Eliminar