Y se marchitó como lo hacen
las flores al llegar el otoño,
allí, sentada frente al jardín
mientras arrancaba los pétalos
de las margaritas se decía para sí:
"El llegará, quizás no hoy,
pero llegará".
El tiempo pasó y la tristeza anidó
en su corazón, lenta fue la agonía
al ver que los meses transcurrían
y su vida perdía.
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