Senos ardientes, pezones erguidos
ansiosos por las caricias de tu boca...
Aliento caliente, respiro jadeante y el fuego delirante que recorre mi cuerpo y se detiene en mi vientre.
Te a dueñas de mis sentidos cuando tu pasión se apodera de mi cuerpo.
Ven, saborea mis deseos y calma este volcán que palpita con solo sentir el roce de tus labios.
Disfruta mis gemidos unidos al vaivén de nuestros cuerpos sudorosos y ardientes por las caricias ávidas.
¡¡ Ahhhh !!
Qué delicioso momento, cuando nuestros cuerpos se entregan y se funden con las llamas de nuestra pasión desbordante.
Sexo, placer, lujuria, deseo...
Ahí, donde el amor se duerme y aparece el deseo y hace sus travesuras.
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