Y aún espero el abrazo
y el beso que se me negó,
unido a un leve dolor que ahoga
la razón.
Te fuiste diciendo adiós
sin saber que dejabas un dolor.
Tú, quien me enseñó
a enamorarme de un poema
y una canción.
Tú, a quien espero debajo
de un cielo repleto de amor,
con la sonrisa fingida
y una lágrima de dolor
incrustada en el corazón.
Y yo, que aún espero
el milagro de amor.
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