martes, 8 de abril de 2014

Juegos de Placer...

Y hasta el día de hoy anhelo escuchar tu voz dándome esas ordenes que estremecían mi ser.

Escucharte decirme; vamos mi cachorrita, deseo ver como te acaricias, como lentamente y con tu sensualidad a flor de piel los botones de tu blusa se abren uno a uno, así dar paso a nuestros juegos intensos llenos de placer.

Todavía recuerdo como tus ojos inquietos por el deseo bailaban al compás de mi cuerpo, y aún saboreo la sal de tu piel sudoroso por la excitación de mis movimientos sensuales para ti...

- Y escucharte decir; me vuelves loco al ver lo apetitosa que te ofreces para mi -

Y así lentamente, entre ordenes fogosas mis ropas caían al suelo al ritmo de la música hasta quedar desnuda ante ti, el dueño de mis deseos, mientras observaba tu mirada febril y mis manos perdían toda decisión propia y solo obedecían la voz de su amo.

Increíble que con solamente  escuchar tu voz anulabas mi voluntad, tu sola presencia me estaba afectando, porque no tengo explicación alguna para mi actitud.

ordenabas, y yo escuchaba y obedecía. Yo, quien siempre daba las ordenes y esta vez era diferente.

Tus caricias y pasión fueron las que a mi cordura la volvieron locura, cuando te acercabas a mi, con besos y caricias excitantes rebosadas de pasión.

Y así era como el deseo se abría paso a paso en mi cuerpo, en mi mente y en mi alma...
Cuando él desbordaba toda su furia entre mis muslos y el estado de sumisión al cual el me llevaba jugaban su papel principal, me excitaba sentirme intimidada...
Sus ordenes, su morbo, sus miradas candorosas y sus palabras provocaban en mi ríos de placer y me hundían en un éxtasis sin fin.

- Hasta el día de hoy me hago la misma pregunta: ¿Sería las ordenes de alguien qué no podía ver, qué ocasionaba todo ese placer?  

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