miércoles, 23 de abril de 2014

Te Esperaré...

Aún tengo impregnados
el sabor de tus besos
en mis labios y tus caricias
todavía queman mi piel.

Las noches sin ti
suelen ser eternas
y así pase el tiempo
tu aroma estará en cada
rincón de mi ser.

He intentado olvidarte
pero tu pasión es dueña
de mis sentidos y jamás
he logrado sacarte ni
un solo instante.
Porque te amo, te amaré
hasta la eternidad.

Yo te sueño, te amo
así no estés más aquí,
junto a mi...

Te voy a esperar
así los años nos
hagan estragos,
yo te esperaré
hasta el final.

Tan sólo te pediré
que si encuentras
el amor nunca
me olvides.
Y yo te perdonaré
el haber besado otros
labios y haberte entregado
a otro cuerpo.

Mi alma te pertenece
y así la devuelvas
regresará junto a ti.

domingo, 20 de abril de 2014

La Dama de los Tulipanes...

Un delicado cuerpo se
abrió al aire libre como
un cultivo de tulipanes
al aproximarse el esplendor
de la primavera, y el céfiro
la cubrió entera.

Él suave besó sus labios
y apretó con firmeza
sus hermosos muslos
bien formados y ansiosos
por su cercanía.

Ella se adhirió a su boca
y estrelló sus montañas
erguidas con el pecho
del noble varón.

Él la abrazó fuertemente
rodeando su cintura
mientras devoraba sus
carnosos labios a besos.

Los dos subyugados
por la belleza del paisaje
el cual absorbía esa sal
que emanaba de sus poros,
frente al deseo de sus
ávidas caricias y pasiones
incontroladas.

Él bajó delicadamente
como un aventurero
al encuentro de sus
jugosos e insaciables
pezones, más trigueños
que el mismo trigo,
exquisitos que se sacudían
en los labios de aquel
caballero, mientras acariciaba
con ternura sus costados.

Y fue ahí la consumación
total al llegar el gemir
de la noche, cuando
la dama de los tulipanes
regaló su ultimó grito
en plena mansedumbre.

jueves, 17 de abril de 2014

Sensaciones de Placer...

Moldea mi figura
con tus tiernas
caricias y tus besos
rebosados de pasión.
Que hoy deseo entregarte
mi amor y mis silencios
donde habitan toda
ilusión.

Estremece mi piel entre
tus labios en un profundo
beso de amor.
Mueve mi cuerpo al compás
de tu pasión y libera
mis deseos en una caricia
que embriague mi cordura.

 
Viaja por la desnudez
de mi piel así llegar
al infinito gozando
del néctar de mi rosa.

Que sean tus manos
que exploren mi ser
y se pierdan en la tersura
de mi piel, mientras nos
entregamos a esta loca
pasión.
Acaríciame tierna
y dulcemente para
que me lleves al punto
exacto, ahí donde ambos
sucumbimos en las
sensaciones de placer.    

martes, 8 de abril de 2014

Juegos de Placer...

Y hasta el día de hoy anhelo escuchar tu voz dándome esas ordenes que estremecían mi ser.

Escucharte decirme; vamos mi cachorrita, deseo ver como te acaricias, como lentamente y con tu sensualidad a flor de piel los botones de tu blusa se abren uno a uno, así dar paso a nuestros juegos intensos llenos de placer.

Todavía recuerdo como tus ojos inquietos por el deseo bailaban al compás de mi cuerpo, y aún saboreo la sal de tu piel sudoroso por la excitación de mis movimientos sensuales para ti...

- Y escucharte decir; me vuelves loco al ver lo apetitosa que te ofreces para mi -

Y así lentamente, entre ordenes fogosas mis ropas caían al suelo al ritmo de la música hasta quedar desnuda ante ti, el dueño de mis deseos, mientras observaba tu mirada febril y mis manos perdían toda decisión propia y solo obedecían la voz de su amo.

Increíble que con solamente  escuchar tu voz anulabas mi voluntad, tu sola presencia me estaba afectando, porque no tengo explicación alguna para mi actitud.

ordenabas, y yo escuchaba y obedecía. Yo, quien siempre daba las ordenes y esta vez era diferente.

Tus caricias y pasión fueron las que a mi cordura la volvieron locura, cuando te acercabas a mi, con besos y caricias excitantes rebosadas de pasión.

Y así era como el deseo se abría paso a paso en mi cuerpo, en mi mente y en mi alma...
Cuando él desbordaba toda su furia entre mis muslos y el estado de sumisión al cual el me llevaba jugaban su papel principal, me excitaba sentirme intimidada...
Sus ordenes, su morbo, sus miradas candorosas y sus palabras provocaban en mi ríos de placer y me hundían en un éxtasis sin fin.

- Hasta el día de hoy me hago la misma pregunta: ¿Sería las ordenes de alguien qué no podía ver, qué ocasionaba todo ese placer?