lunes, 4 de agosto de 2014

Rendido Ante Tus Encantos...

Y fue tu forma delicada de contonear tu cadera al caminar y ese tono sensual  de tu voz despertaron  en mí bajos instintos que me hicieron desearte con lujuria, pasión y desenfreno...
El olor de tu piel fue la chispa que  detonó la locura en mí,  fue imposible para mí contenerme ante la cercanía de tu piel, mis manos comenzaron a sudar impacientes por rodear tu cintura y apretarte contra mi pecho, mi piel imploraba por sentir  la calidez de tu ser así derritiendome entre candentes deseos por hacerte mía...


Más de pronto tus manos se posaron en mí y mis brazos por fin rodearon tu cintura apresandote contra mi ser, en tu mirada había temor pero tan sólo bastó un beso sobre tus labios para que tus ojos se cerrarán y te dejarás llevar por mis deseos más anhelados ...
Besos candentes llenos de pasión relajaron lentamente nuestros cuerpos así dejándonos llevar por el placer que se desbordaba sobre nuestra piel, más de pronto entre murmullos surgió la palabra "detente" mientras tus brazos sin control me apretaban contra ti...
Nuestros sexos se rosaban sobre las ropas y nuestras  caderas empezaron a contraerse la una contra la otra, nuestra respiración se tornaba cada vez más agitada y nuestros corazones parecían salirse de nuestro pecho...

No pude contenerme más y comencé a despojarte de tus vestimentas, los botones de tu blusa  salieron disparados ante la desesperación de mis manos por acariciarte a flor de piel, de tu sostén tan sólo deslice los tirantes sobre tus brazos y poco a poco  comenzaron a surgir tus hermosas montañas para el deleite de mis ojos...

Sin perder tiempo comencé a acariciarlas rozando con mis dedos tu delicada piel, mi boca se llenó de celos y  precipitadamente se abalanzó en contra de ellas atrapando tus cúspides entre mis labios, mi lengua comenzó a jugar al rededor de ellas haciendo estremecer tu piel en cada roce.

¡Qué delicia mi amor!
Exclamaste  fuertemente, mientras con tus  manos destrozabas mi camisa, nuestras ropas  se volvieron pesadas e inevitablemente cayeron al suelo por su propio peso...
Nuestros cuerpos parecían incendiarse con cada roce de nuestra piel, el momento se tornó mágico con el encuentro de nuestros sexos al desnudo, levite tu cuerpo y tus piernas se enredaron sobre mi cadera, lentamente fui llenandote  de mi adentrandome hasta lo mas profundo de tu ser mientras tu cuerpo me brindaba una cálida y húmeda bienvenida.


El vaivén de nuestras caderas tomó vida propia haciendo cada vez más intenso el embate de nuestras pasiones, tu cuerpo se estremecía con cada embestida y desde tu alma emanaban gemidos de placer,  tus uñas arañaban mi espalda y tu boca mordía mi piel ...
Penetraciones profundas e intensas fueron las aliadas perfectas para tocar juntos el cielo mientras  derramabas sobre mi ser el lava hirviendo de tu volcán en erupción y yo inundaba tu interior con el manantial de mi pasión.

6 comentarios:

  1. Qué bella descripción del momento y de los sentimientos... Enhorabuena.
    Un abrazo admirador ( o dos).

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  2. Os animo a seguir porque lo hacéis muy bien.
    Besos de Pecado.

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  3. El vaiven de nuestras caderas tomo vida...ay Virgen ...

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    1. Quizás si, quizás no... gracias por tomarte la molestia de leerlo, saludos.

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